As galochas (o madreñas) eran el calzado habitual de los habitantes de Ibias. Como mínimo solían tener dos pares: uno para calzar a diario y otro para los días de fiesta. El primero, más tosco, solía ser de “escarpín”, para calzar directamente encima de estos gruesos calcetines de lana. El segundo par, más trabajado y con algún motivo de decoración, se calzaba sobre la zapatilla.
Galochas de escarpín talladas. Detalle.
El proceso de elaboración de as galochas comienza con el corte de la madera, generalmente de abedul o salgueiro (sauce), aunque también las hay de nogal y aliso. El tronco del árbol, cuanto más grueso mejor, se serraba con un tronzador, cortando posteriormente con un broso (hacha) los trozos para ir dándoles una primera forma tosca. A continuación se trabajaban con la azuela, con los tarabelos (taladros) y con legras para vaciarlas.
Posteriormente se pulía, remataba, cepillaba y lijaba antes de darles su aspecto final tallándolas, barnizándolas o pintándolas de negro.
As galochas de la foto han sido realizadas por Manuel, de Casa Feliciano, en Torga, que a sus 75 años continúa siendo todo un artista. Galochas de escarpín talladas. Detalle.
El proceso de elaboración de as galochas comienza con el corte de la madera, generalmente de abedul o salgueiro (sauce), aunque también las hay de nogal y aliso. El tronco del árbol, cuanto más grueso mejor, se serraba con un tronzador, cortando posteriormente con un broso (hacha) los trozos para ir dándoles una primera forma tosca. A continuación se trabajaban con la azuela, con los tarabelos (taladros) y con legras para vaciarlas.
Posteriormente se pulía, remataba, cepillaba y lijaba antes de darles su aspecto final tallándolas, barnizándolas o pintándolas de negro.
Si queréis ampliar información sobre la elaboración de las madreñas o galochas, podéis echar un vistazo en esta página del Rincón Cunqueiro.
7 comentarios:
Por experiencia propia, puedo constatar, que las madreñas es el único calzado con el que nunca tienes los pies frios ni mojados.
Que madreñas mas guapas, cuando vaya tengo que comprarme yo unas, me van a venir bien para ciertas labores que tengo que hacer......saludos
En Ibias debemos estar especialmente agradecidos a este calzado, porque ha sido durante muchos años, el más usado.
Normalmente se "argolaban" de nuevas con el fin de evitar que un resbalón rajase la madreña y , también, se les ponían unos buenos clavos.
En el invierno, cuando había nieve, se ataban, a veces, cun un "brincallo de palla" para que no se cayesen.
Cuentan que algunos galocheiros, cobraban el importe de su trabajo en grano, teniendo en cuenta el volumen de las madreñas, por lo que siempre eran mayores de lo necesario. Este exceso de tamaño se solucionaba rellenándolas de hierba.
La medida se tomaba con un palito.
Cuentan de un vecino de Llanelo, que tenía los pies tan grandes que tuvo que pagar un "tego" de centeno, cosa nunca vista en el concejo.
Podíamos estar hablando días de este calzado.
Gracias por aportarnos estos recuerdos tan entrañables.
Yo puedo decir que en casa de herrero cuchillo de palo.Se me da muy mal andar en galochas y ¡mira lo que me podia ahorrar en zapatos¡.
¿tu sabes andar en galochas?
Se me ocurrio una idea... como es un oficio que se esta abandonando propongo a los seguidores de este blog que volvamos a andar todos en galochas.
Un saludo
Estas cosas no se encuentran en el Corte Ingles.
MANOLO DESDE ARGENTINA, MUY BUEN TRABAJO MARIA, SI ME RECURDO DE LAS GALOCHAS, LAS USE HASTA LOS 15 AÑOS, QUE ME FUY DEL PUEBLO, SOLO TENIA UNOS ZAPATOS DE GOMA, PARA IR A ALGUNA FIESTA, Y CUANDO LOS PONIA, LOS SENTIA TAN LIVIANOS, QUE PARECIA QUE ANDABA DESCALZO, FUERON MUY BUENOS EN SU TIEMPO PORQUE SINO MAS DE UNA VEZ TEMDRIAMOS QUE ANDAR DESCALZOS.
UN SALUDO PARA TODOS LOS DE IBIAS Y LOS CONCEJOS VECINOS
Manolo y Trasgo: gracias por aportar vuestros recuerdos.
El Bao, Maria I, Suso, Chapras: el día en que las madreñas se vendan en Zara, habremos logrado traer la globalización a Ibias. Yo, de momento, me voy a comprar unas y ensayar un poco a ver qué tal se me dan. Ya os contaré qué tal el experimento.
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