"La insigne ciudad de TORMALEO, que quiere decir "tormento malo"... populosa ciudad de hasta 10 casas, todas redondas... y mirada desde cualquiera de los cerros que la rodean, parece colmenar de pocas y mal reparadas colmenas; pero la miel dellas no la labran abejas, sino ovejas y cabras y puercos y vacas viejas... En las dichas casas no hay ni cuadra ni retrete. Toda la casa es un solo aposento redondo, como ojo de compromiso; y en él están los hombres, los puercos y los bueyes, todos pro indiviso, así porque todos son herederos de la tierra, porque ni aún en las costumbres se diferencian. A un mismo tiempo habla el hombre y gruñe el puerco y brama el buey; y tengo los oídos tan confusos con la diversidad de zumbidos, que al hombre tengo muchas veces por la bestia, y al animal por el hombre; y cuando en esto estoy más engañado, creo que me engaño menos".
Quien así glosaba las bondades de Tormaleo allá por el año 1560 no era otro que un tal Eugenio de Salazar, juez pesquisidor de Felipe II, a quien le correspondió entre otras misiones tan pintorescas y honoríficas como poco lucrativas, venir a Tormaleo a dirimir un pleito entre vecinos.
No debemos tener muy en cuenta las afirmaciones que hace en sus Cartas, ya que emplea en ellas un tono humorístico y sarcástico, que revelan su caracter guasón y tendente hacia la búsqueda del lado cómico y hasta esperpéntico de la vida.
Veamos si no, como describe su alojamiento en dicho pueblo:
"La cama en que me acuesto es un escaño de palo que parece anda de difunto, tan angosto que he menester estar como cuerpo muerto, sin me rodar, para no rodar por casa. Échame mi huéspeda un cabezal debajo, que sospecho está lleno de pluma de puerco espín; una sábana en que me envuelvo, parece de buena cañamaza tramada con cerdas de rocín prieto. La manta es parda, creo que es de lana de burras y esparto: es nueva corriendo sangre, tanto que me dice la huéspeda que yo la he llevado la virginidad; y yo digo a la buena vieja que miente, porque juro a Dios que es tan áspera y esquiva la dicha señora manta, que en toda la noche no quiere llegarse a mí.
Y si ya os ha parecido salido y fura de lugar el tono de sus críticas, esperad a ver cómo describe a las mozas locales:
"Son estas damas mal sacadas de cuerpo, levantadas de hombros, cortas de cuello, grandes de cabeza, angostas de frente, ceñudas de cejas, hendidas de ojos, anchas de narices, largas de boca, copiosísimas de tetas, abundantísimas de nalgas, levantadas de barriga, espaciosas de cintura, gruesas de pelo, toscas de manos y abiertas de pata. El color de las caras es muy gracioso y de buen lustre, entre verde y morenico, y un poquito de amarillo que se mete a perfilar; la tez muy linda y asentada, como de rocín sarnoso".
... Pues nada, que ya no sigo escribiendo porque todavía mete más caña y no es cuestión de que mis amigos de Tormaleo se sientan ofendidos. A pesar del veneno que destila su pluma, hay que reconocer el valor del que probablemente sea uno de los escritos más antiguos que se conservan sobre Ibias. Lástima que no haya sido un poco más neutral en su descripción...
10 comentarios:
Me he quedado asombrada con tan crítica descripción, si que era cañero el tal Eugenio.
Yo lei este libro y es verdad que este juez nos puso verdes,habria que saber como era el.
Escribe sobre mas lugares donde estubo y tampoco salen muy bien parados.
Si alguien quiere leer este libro yo lo encontre en la biblioteca de la Corredoria en la seccion de Asturias.
Un saludo
Muy mal debieron de tratar a este individuo en Tormaleo para que acabase escribiendo eso. A lo mejor hasta se lo merecía el fulano (y más). Como dice Chapras, describe otros lugares y personas con tanta delicadeza como a Tormaleo; es de suponer que no volvería por ninguno de ellos. El libro se puede ver y descargar completo de books.google.es, o directamente en este enlace: http://books.google.es/books?id=iQIGAAAAQAAJ&dq=eugenio+de+salazar&printsec=frontcover&source=bl&ots=8O19gSVgD7&sig=6bm0wEMLmJNzLhPepb7ggz3AoFw&hl=es&ei=zm4SSvudJNPOjAeJwPCrBA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5#PPA101,M1
Sencillamente en sus quehaceres lo mandaron a un lugar lejano de dónde él estaba cómodamente aposentado y ésto lo puso de un humor tal que usando sus armas (en este caso su pérfida pluma) no dejó títere con cabeza entre los pobres "paisanos", que conociendo la hospitalidad de la gente de Ibias, seguro que lo trataron "a cuerpo de rey".
Estoy con el "anónimo".
Seguro que como le sacaron de la comodidad no apreció ni el mejor trato que intentaron darle en todos los pueblos por donde fue pasando.
¡A la hoguera con él!
Esta mañana como estaba dormido no me acorde de contaros que llego a Tormaleo desterrado,si la memoria no me falla por escribir contra la corona o algun noble.Lo que quiere decir que estaba contra todo en general,¡vamos un resentido¡.
Este ni con nobles ni con plebeyos para mi que era extraterrestre.
Un saludo.
Cañero, amargado, desagradesío, desaborío, vamos... que estaba él bueno para hablar. Mejor tomárselo en clave de humor...
Que conste que al final de la carta dice que los vecinos se avinieron a pactar y parece que lamentó tener que marcharse. Tan mal no lo estaría pasando.
Chapras, que los extraterrestres "semos" gente educada y sabemos agradecer la hospitalidad. Ese juez pesquisidor era terrícola hasta el tuétano de los huesos.
Que meterse con los extraterrestres puede parecer como insultar a los guiris, que no se enteran de nada y encima sonríen, pero aquí hay uno que está entendiendo todo lo que decís.
¡Lo siento!¡lo siento!No tenia informacion de que hubiera extraterrestres en este blog,pero tenia que habermelo imaginado de que Maria hubiera conectado con vosotros tambien.
¿que tal la vida por tu planeta?
Espero que nos hagas un reportaje.
Cambio entonces lo de extraterretre por persona non grata
en Tormaleo.
Un saludo
A pesar de todo, como pone a la pobre gent de aquella epoca ,que yo tambien creo que le darian lo mejor, es algo muy interesante
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