miércoles, 8 de julio de 2009

DEL ORO Y EL MORO...

...En As Penas del Gato hay un tesoro escondido por los moros; en Os Castros de Villarmeirín un Niño Jesús en su cuna, todo ello de oro macizo; cerca del Puente de Alguerdo, cuando hacían las excavaciones para la mina, encontraron la entrada para la cueva del tesoro; en la Braña de Borde hay innumerables riquezas escondidas bajo montículos de tierra y piedras; en la Cueva de la Osa, en la Braña Vella, también hay escondido un tesoro abandonado por los moros en su huída...

Ibias está llena de tesoros y así nos lo confirma en Villares de Arriba Mérito (Eduardo Benemérito Méndez Fernández), que a sus 76 años conserva buena memoria de las búsquedas protagonizadas por su padre, Primitivo, de Casa Mourentán de Torga.

Según las creencias y tradición popular, los moros habrían pasado por estas tierras hace muchísimos años y las habrían dejado sembradas del precioso metal. Tan firme es la creencia en el papel jugado por los moros en esta región, que se les atribuyen sin ningún complejo la explotación de las minas romanas de El Corralín.

"Rayando con León quedaron muchos árabes... En el Corralín tenían un molino para moler oro. El Palacio de Tormaleo lo hicieron con un tesoro que encontraron. Un paisano que servía en Valladolid consultó el archivo de los moros en Simancas y con la información obtenida en los documentos sacó un carro lleno de oro con el que hizo el palacio, la ermita, etc."

Los datos históricos se enlazan y entremezclan con gracia, pero sin orden ni concierto. Los relatos resultan divertidos, entretenidos, confusos y llenos de color. Las historias se han transmitido de generación en generación, siempre en voz baja para que no se enteren los demás, añadiendo correcciones y detalles hasta la saciedad:

"Lo fundamental es entender las claves que dejaron escritas", nos dice Pepe de Torga, "ellos escribían que el tesoro estaba donde pena mira a pena, en una piedra con una herradura, pero luego había que saber interpretar aquellas instrucciones y conocer bien el terreno".

Labor de campo fue precisamente la realizada por PRIMITIVO DE MOURENTÁN, ELADIO DE VILLARMEIRÍN y PACHÓN DE OUMENTE, que con su labor de emprendedores no pasaron al Panteón de Ibienses Ilustres de puro milagro. Según nos relata Mérito, su padre, junto con sus dos compañeros de aventuras, llegaron a proponerse de forma seria y casi científica la búsqueda de minerales preciosos en el concejo de Ibias.

Recorrieron, palmo a palmo, las formaciones rocosas más importantes de nuestras tierras para recoger, con esa paciencia de la que hoy ya carecemos, muestras de los minerales más representativos. Pachón de Oumente había preparado unas latas en las que iban metiendo las distintas muestras, que tras meses de arduo trabajo llevarían a un importante laboratorio de Madrid.

El resultado de aquella expedición, por unos días, pareció responder a las expectativas cuando del laboratorio comunicaron que había muestras significativas en dos de los minerales analizados de "radio/uranio". El problema surgió cuando intentaron averiguar a qué zona de muestreo correspondía aquel mineral en concreto. Por lo visto, a los intrépidos rastreadores se les había olvidado el pequeño detalle de registrar la zona de recogida en cada una de las latas...

Tesoros, como bruxas, haberlos haylos. Quizás nadie los encuentre (es verdad que los moros eran muy listos), o que quienes los encontraron, callaron la boca para no despertar envidias. En cualquier caso, los tesoros de Ibias perdurarán mientras sigamos transmitiendo su existencia de generación en generación, mientras perduren en la tradición oral y mientras contemos con la memoria, la agilidad mental y la agradable verborrea de paisanos como Mérito.

10 comentarios:

La Marquesa dijo...

He crecido con las historias de los tesoros y he pasado muchas horas buscando y soñando con encontrarlos.
Primero creía que sería una tierna niña que sacaría a la luz el gato de oro enterrado...
Después una jovencita que, al fin lo encontraría...
Ahora, es el turno de que la Señora Marquesa lo encuentre al fin!!!

El Bandido de Tormaleo dijo...

Eso, que una vez encontrado comienza el saber hacer de los bandidos... Unos más torpes que otros.

Alto Sil dijo...

He oído decir que la cuadrilla del Bandido de Tormaleo no sólo desvalija a sus asaltados hasta dejarlos en paños menores, sino que además a algunos desgraciados se los lleva consigo y luego los vende como esclavos. También se cuenta -esto me lo dijo un paisano que apareció poco después sin lengua- que el Bandido esconde sus tesoros en un palacio subterráneo construido por los moros en oro macizo, allá en las entrañas de las Peñas del Furacón. El palacio de marras, parece ser, está atendido por docenas de concubinas, todas ellas viajeras que en algún momento tuvieron la desgracia de toparse con el Bandido.

Tengo leído en este blog que el Bandido de Tormaleo va a acudir al encuentro de blogueros del día 18 de julio. María, debes exigirle que se presente sin armas y sin su cuadrilla. Aún así, aconsejo a los asistentes que dejen objetos de valor y monederos en casa.

Agua dijo...

Yo éste verano me pondré manos a la obra, en busca de esos tesoros perdidos....

Si lo encuentro, os invitaré a algo :P

MARIA I. dijo...

Yo creo que el tesoro lo esta buscando Vitorino..........y piensa seguir buscando tesoros. como no lo paren veras.......... saludos a todos

Xastre dijo...

Curiosas y siempre interesantes estas historias sobre tesoros escondidos sobre todo por los moros..... en una zona en la que no tuvieron asentamientos estables. Pero no olvidemos que los mayores tesoros de Ibias son su paisaje (aunque a Don Vito no le guste y trate de arrasarlo) y sus gentes, además de los actuales tesoros cibernéticos llamados "El Lejano Oeste", "Tormaleo", "Siempre Ibias" y tantos otros que dejo sin nombrar debido a mi escasa memoria

El Bao dijo...

El mejor tesoro hoy por hoy, es María del Roxo, que nos ha enganchado aqui a todos.

María del Roxo dijo...

Los TESOROS DE IBIAS son estos viejecitos con buena memoria. Ellos sí que tenían que tener un reconocimiento por su imprescindible labor de eslabón histórico.

El Trasgo del Cadavín dijo...

No se si volveré de mi destierro veraniego por las tierras de Segovia, pero quiero decir que el mayor tesoro lo he encontrado yo: No han sido ducados de oro o plata, ni gatos de oro, ni cunas de plata, ha sido el blog y todos vosotros. Os estoy muy agradecido por hacerme partícipe de vuestro humor y vuestra juventud. Por un pouco.

El Bandido de Tormaleo dijo...

Plataforma: has oído mal, o mentiras te han contado. Has de decirme quién o quiénes andan diciendo semejantes calumnias para, entonces sí, darles su verdadero merecido.

Bueno sólo una cosa hay de cierto en esas habladurías: las concubinas que tengo no precisamente en el palacio, en mi humilde rancho. Y no han tenido mala suerte de topar conmigo, todo lo contrario... Y si no que cuenten ellas lo "maravilladas" que están con con su Bandido.

Sin más, espero coincidir en el encuentro. Espero que nadie me cachee, a excepción de futuras concubinas...