Desde la escotilla divisábamos el portaviones enemigo acercándose a nuestra posición. Ignoraba Gerardo que el canto de las ruedas del carro delataba su presencia. Virábamos el timón, que tenía forma de rueca, nos armábamos con nueces que hacían de proyectiles y apuntábamos a la mole de hierba que con parsimonia se acercaba, dispuestos a darlo todo en la última batalla.
Increíble todo lo que pueden ver los ojos de un niño
desde la escotilla de la panera.
Feliz Fin de Semana. No dejéis de soñar...
4 comentarios:
En Torga se nota que eramos mas guerreros,je,je ya estabamos armados de arcos y flechas,los mejores y mas resistentes eran los de uz(brezo),despues ya evolucionamos y construiamos hasta ballestas.No quedaba un paraguas sano para hacer los dardos de ballenas,y las pitas todas desplumadas para poner las plumas a las flechas,sino se iban desviadas.Consecuentemente cuando mi padre o mi abuelo abrian el paraguas y le faltaba la mitad de las ballenas tocaba esfumarse lo mas rapido posible, en las proximas 2 horas desaparecidos en combate,(nunca mejor dicho)para evitar las represalias.
Y yo que pensé que eras un hombre serio, Chapras, y ahora resulta que eras Robin Hood. De David me lo habría imaginado, pero de ti... Que no se entere La Marquesa!!!
Ya ves Maria,por lo menos imaginacion no nos fataba.
Seguro que todavia no se entéró,(como es viernes)o esta pensando uno de sus comentarios mas acidos e ironicos, a los que ya nos tiene acostumbrados,de todas maneras seguro que no tarda mucho.
Un saludo y buen fin de semana
Parece que los juegos reflejan la sociedad en que se vive. A cada uno sus conclusiones. Buen fin de semana.
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