Hoy, no sé si por aquello de que es lunes y de que como casi todos estáis de vacaciones, mi buzón de correo está desierto, he sentido nostalgia de las cartas de verdad, de las de toda la vida, de aquellas que recibíamos los veranos en Ibias con dos o tres semanas de retraso; cartas o postales que venían desde lugares de lo más diverso dentro y fuera de nuestras fronteras y que acababan llegando, por obra y gracia del servicio postal, al rincón más apartado del Lejano Oeste.
Cierto es que ante la inexistencia de códigos postales muchas veces Villaoril de Ibias era confundido con Villaoril de Navia y nuestra correspondencia se demoraba un par de semanas extras. Así y todo, cuando por fin llegaba a nuestras manos, a través de aquellas otras de los mineros de nuestro pueblo a quien se las había entregado a su vez el cartero, o un amigo del cartero, o el vecino del amigo del cartero... el caso es que cuando llegaban nos hacían tanta ilusión que las leíamos y releíamos decenas de veces y que las guardábamos para siempre en nuestro baúl de los tesoros.
Hoy, nostalgia aparte, quiero dejaros estas fotos de algunos buzones de ibias, que seguro van a formar parte de aquellas cosas que nuestros nietos no van a conocer.
Feliz semana a los poquitos que andáis por aquí y a los muchos que disfrutáis de vuestras vacaciones.
8 comentarios:
En los rincones más apartados de Asturias, las cartas manuscritas empezaron a declinar cuando pusieron teléfono público en todas las parroquias. Solamente la correspondencia con los familiares que estaban en lugares muy alejados, como Argentina, se mantenía.
Hoy, el correo eléctrónico las ha hecho casi desaparecer, salvo las postales, que aguantan algo más.
Por desaparecer, también casi han desaparecido aquellos carteros que, contra viento y marea, llevaban las cartas a su destino final aun cuando fuese difícil saber el lugar o el destinatario.
Y la única correspondencia que nos queda (y que ni siquiera es manuscrita) son las cartas del banco y las de Hacienda. Qué tiempos (aquéllos y éstos)
Ahora los buzones, están llenos de publicidad, igual que la bandeja de entrada del correo electrónico. Nose como se pueden imprimir tantos folletos publicitarios.
se echan de menos, tengo la suerte que todavía me llega alguna, pero siempre del otro lado del charco que siguen con la tradición
Maria de lo que dices que se equivocaban de pueblo cuando venian las cartas en mi pueblo era peor en Ibias hay 2 Santa Combas y a mi pueblo si no le ponian Santa Comba de San Clemente las mandaban a Santa Comba dos Coutos que tiempos aquellos hoy ya no vive nadie y en el otro creo que tampoco estamos en tiempos de nostalgias con poco eramos felices tambien es bueno recordar nuestro pasado.Un saludo Maria nos veremos en Ibias
El primer cartero que yo recuerdo era de Lagüeiro,el padre del que tenemos ahora,venia en una mula 2 veces a la semana,a veces subia el hijo,José Ramón en una Vespa roja,nos daba las cartas a nosotros,que eramos pequeños y nos decia,"ala ninios repartidias por el pueblo",mientras él,tomaba el café y la copa de orujo.Si era por el tiempo de la hierva,o de mayar el pan se quedaba 2 o 3 dias para ayudarnos.
Pues a mí me siguen llegando cientos de cartas de admiradores y pedigüeños...
Con poner La Marquesa de la Viña, siempre llegan.
Al populacho sólo os llegan facturas.
¡Ay qué pobre es la gente!
¡No sé si aguantaré el compartir mesa, otra vez con tanta gentuza!
Alguien conoce el pueblo San Clemente de Ibias? mi abuela nacio alli, ahora tiene 85años y vive en Argentina. Queria saber si el pueblo esta abandonado o algo de informacion. Saludos
Bienvenido al Blog del Lejano Oeste, Leandro. San Clemente es cabeza de la parroquia del mismo nombre. Está en la carretera AS-212, que une San Antolín con Degaña, y sí está habitado. Si puedes ser un poco más concreto en el tipo de información que buscas, quizás podamos ayudarte. Puedes enviarnos un e-mail a la dirección de el_lejano_oeste(arroba)yahoo(punto)es.
Un saludo.
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