viernes, 28 de octubre de 2011

UNA HISTORIA DE ÁNIMAS


Cuntou miña avoa que hai muitos anos ergueuse unha mañá mui cedo para ir á Proba mercar unhas cousas.

Tomou o camín ela soa e camiñando camiñando pasou por un lugar. Alí oíu a campá da igrexa soar. A avoa, que era mui religiosa, deixou a banastra na entrada e pasou.

Estaban a celebrar un funeral. Cando acabaron, toda a xente saliu camín do camposanto para enterrar a morta. A avoa, como non coñecía a ningúen, preguntou a unha señora que taba á súa beira:

- E de que morreu esta señora?

A Muller da súa banda respondeu:
- Pos non o sein. Pergúntello a ela. E usó lle podo decir de que morrín eu e algúns dos que están aquí.

A avoa, en sentindo aquelas palabras, saliu de alí ás carreiras sen mirar para atrás e non parou até chegar á Proba.
Contos e Cantigas eonaviegos. Xavier Frías Conde. VTP Editorial. 2000.


***

¿Algún plan especial para estos días? Nosotros estaremos por la Casa de los Espíritus, pasando un fin de semana de muerte en las tierras del Más Allá (del Rañadoiro), donde sois todos bienvenidos. Os deseo un Puente de Todos los Santos muy, pero que muy animoso...

5 comentarios:

El Bao dijo...

Animoso si María, pero sin ánimas por fa que da un poco de respeto.
Visitaremos el Campo Santo y los castaños de la cuesta al Corralín, creo que para un fin de semana será suficiente. Pasailo bien todos.

Xastre dijo...

Un puente, dice.. Cómo se nota que todavía hay clases. Disfrutadlo y da recuerdos a todas las almas en pena que veas (y a los cuerpos penosos, que seguro que alguno hay).

María del Roxo dijo...

Xastre, la Duquesa de Alba no viene este finde porque se ha fracturado la pelvis. En casa no hay almas en pena, sólo espíritus buenos.
Celia, ándate con tiento cuando vayas a soutar, que ánimas poucas, pero osos...

Cienfuegos Caleyeru dijo...

Je, je, típica historia para contar al calor de una hoguera. Me acuerdo de cuando empezábamos a ir de monte y nos quedábamos en alguna cabaña. Primero se contaban historias de esas y luego se le hacía la novatada al nuevo o al despistado de turno. En una ocasión estuve cerca de una hora con un frío de la leche esperando a que saliera alguno a mear para meterle el típico susto, ja, ja.
Un saludo

El chapras dijo...

Maria,leo yo mal ó la tumba de la foto pone tú nombre,no me digas que durante todo este tiempo,estuve hablando con una alma en pena,¡horror!.