domingo, 15 de marzo de 2015

RINCONES DE EL VIÑAL (IBIAS)

EL VIÑAL, VIÑAL, O VIÑAL... como queramos llamarle, está al otro lado del río Navia, en la parroquia de Os Coutos, en esa Asturias gallega o Galicia asturiana que desdice lindes y fronteras. Terreno pindio, colgado sobre el río, con pocas viñas de aquellas que en otro tiempo le dieron nombre. Tan solo algunas parras adornan sus caminos y las dos últimas pallozas se han venido abajo...  

Una vaca sorprendida, observa al visitante, en esta remota aldea donde 
las calles son todavía caminos con hierba y barro.

David, de casa del Aigo, nos recibe en su hogar.

Una escalera traicionera para acceder al palleiro.

Retablo modesto, pero con encanto. En el centro, San Antonio; 
a los lados, San Francisco de Sales y la Virgen del Buen Suceso.

La hiedra se come literalmente algunas casas abandonadas.

Lo que queda de la palloza del Cabreiro. Pena, penita, pena...

Estado de la cubierta de la última palloza en pie.

Hace unas décadas, todavía lucían así...


Una de las pocas parras supervivientes. Allá abajo el río Navia. 
Al fondo, tierras de Galicia.

No hay uvas, pero nos importa un pimiento :)

El río Navia circula bien encajado entre las pendientes laderas.

Ventanuco de la capilla.

3 comentarios:

Manolo dijo...

Que lindos recuerdo al mismo tiempo triste, como estan quedando los pueblos,los que hemos vivido en ellos, nos queda una nastalgia triste, muy bonitas fotos, gracias Maria del Roxo

El Chapras dijo...

Unas vistas impresionantes, el pueblo muy bonito,pero como todos,si no ponemos remedio se acabaran derrumbando

NURIA DE NICOLÁS TEJEDO dijo...

Me he emocionado de ver estas imágenes del pueblo de mi madre,"Viñal"
Qué recuerdos de veranos de mi infancia, en casa de mis abuelos... Preciosa toda la zona, a pesar de su abandono, en otros tiempos habitado por sus lugareños, y familiares que íbamos a pasar el verano, a celebrar las fiestas de los pueblos, como ya no se hace, bañarse en las frías aguas del impresionante río Navia lleno entonces de ricas truchas que pescaba mi tío y a continuación esas hambrientas meriendas de buen pan con jamón, un jamón único, cuyo sabor no he vuelto a sentir nunca más, porque eso sólo pasa cuando el aire, el agua y el clima se alían para conseguir un único e inigualable sabor en los alimentos... Comer moras, higos y ricas manzanas de los árboles... Montarse en el burro de mi tío, en carros, jugar con las gallinas, huir de algún perverso cerdo, ja, ja...; oír a los pájaros, los grillos en las oscuras noches de cielos veraniegos estrellados ... Una vida, y unos recuerdos... que ya no volverán en tan precioso, tranquilo e inolvidable lugar... Para mi vida, algo que perdurará en mi memoria y que me marcó profundamente... Echo de menos todas esas vivencias carentes de maldad, de egoísmos, de materialismo.. Sencillamente, la esencia de la vida...donde no hay cabida para otra cosa, que no sea la sabiduría de quiénes conformaron e hicieron posible una vida así, como mis queridos abuelos, a los que todo el mundo querían..., y siempre serán recordados...
Este es mi pequeño homenaje, desde aquí, si se me permite, a este maravilloso lugar, sus gentes, y sobretodo a mis inolvidables abuelos, que siempre estarán en mi corazón...