jueves, 16 de junio de 2011

LAS SIETE VIDAS DE POLICARPO (IV)

- EL ÁNGEL DE LA GUARDA -







Resulta demasiado vulgar la frase hecha de que tras todo gran hombre hay una gran mujer. Resulta, como mínimo, insuficiente para definir a Rosario que desde los 16 años tiene a su cargo la nada sencilla labor de ser el verdadero ángel de la guarda del inquieto Policarpo.

- A mí éste no me gustaba nada.
- Eso es cierto.
- Él venía a visitarme y yo me escondía porque no lo quería ver.
- Tenía 16 años y estaba muy curiosa entonces.
- Mis padres eran los padrinos de tres hermanos de éste.
- Nos conocíamos de toda la vida.
- Pero éste tenía novia. Le había dado palabra a Irene.
- Pero bueno… yo empecé a piropearla…
- Y luego Irene nos apedreó el día que nos casamos y pasamos por Villarmeirín.
- Tuvimos que pasar por allí para ir a Caboalles porque estaba roto el puente del Villar.
- Además éste era un muerto de hambre y yo tenía muchos pretendientes, como Barreirín, el balouto, que me quiso comprar a mis padres. Como lo oyes. Él andaba por ahí presumiendo mucho, porque era tratante y tenía mucho dinero. Y venía por casa y yo salía corriendo a esconderme, pero mi madre le decía dónde estaba y él venía a decirme que saliera a ver la pareja de bueyes que había comprado. Cómo si a mí me importaran los bueyes…
- Ése llegó a pedirle matrimonio el mismo día que ésta me había convencido a mí para que fuera a hablar con su padre. Resulta que cuando yo estaba echando la partida con Saturno, llegan cuatro baloutos a caballo, entre ellos Barreirín.
- Y el balouto fue a hablar con mi hermana para preguntarle dónde estaba yo y para decirle que iba a pedirme a mi padre. Pero mi hermana le dijo que había sido muy tonto porque las mujeres ya no se compraban… y que ése que estaba ahí jugando a las cartas con mi padre era mi novio.
- Y aunque se le veía contrariado, el hombre vino adonde estábamos jugando la partida y nos ofreció tabaco a todos.
- Claro, en lugar de hacerme la corte a mí, pensaba que con presumir de dinero iba a convencer a mi padre…



Rosario sigue siendo coqueta, alegre, dicharachera, pizpireta y sobre todo, terriblemente hospitalaria. Cada cinco minutos interrumpe la conversación para ofrecernos algo de beber o de comer.


- Un café. Hago un café. Un refresco. Un chupito. Un bizcocho. Comed algo. Pero tomad algo. Pero ¿qué os pongo?…

En casa de Saturno, en Fondosdevilla, siempre hubo cantina, y a tenor de lo bien que cocina su sobrina Maribel, del Restaurante Encinas, en esta familia el gen de la calidad humana va aparejado al de la hospitalidad y al de la gastronomía.

- Yo le salvé la vida dos veces, porque cuando mataron a aquel guardia civil en Llanelo, estaba conmigo, con las vacas. Y había una de tiros y tiros y tiros… Pero ¿qué será? ¿qué fiesta tendrán hoy en Llanelo?
- Fue cuando mataron a Celestino, que luego mataron al guardia civil que lo mató a él.
- Y la otra vez fue cuando lo de Balbino.
- Sí, también. Aquel día no me mataron a mí porque estaba citado con ésta, que si no me mataban a mí también. Yo tenía fusil, pero qué más da. Era en un sitio que no tenías defensa ninguna. Aquel día había estado yo con él por Las Carangas. Balbino se quedó porque venía su mujer de Villarín a traerle pan. Los otros estaban por Rugueira y él me dijo que fuera para allí. Yo tenía cita con ésta, que iba con las ovejas para el puerto y allí lo dejé
.

Rosario no quiere hablar más de la guerra.

- Siempre estás con lo mismo. ¿No ves que los aburres?
- Yo estoy contestando a lo que me preguntan.
- Siempre igual. Si le dejas, no para de hablar de eso. Todo el día dale que dale.
- Pero ¿no ves que a eso han venido? Pues como iba diciendo


Rosario se levanta de nuevo.




- ¿Otro café? Venga, tomad algo…




- continuará -

11 comentarios:

Bernar dijo...

Me encantan estas entradas...
:-)

El Trasgo del Cadavín dijo...

Muchas veces despachamos con cuatro palabras situaciones tan penosas como estas y no nos paramos a pensar el drama personal que hay detrás de cada caso. Lo vemos hoy en cada una de las expresiones de Policarpo o Rosario. Muy difícil lo tenían los que andaban escapando de las patrullas de la Móvil de la Guardia Civil, pero también sus familiares para contactar y repartir con ellos la abundante escasez de comida y ropas: hacer uis carpíos de la, uas galochas novas, un jersey ou un mantelo para que no pasaran tanto frío en el monte, el avisar por dónde andaban los guardias o los regulares, eran un inmenso sacrificio cotidiano de cada familia.
Yo he conocido a muchos de los citados, he conocido sus circunstancias personales y he vivido la tensión de aquellos años. Estoy seguro que, los que lo han sufrido en sus carnes y los que lo hemos contemplado, daríamos, generosamente, por bueno
lo pasado, si sirviese de ejemplo de lo que no se debe hacer a todos los que venís detrás.
Un abrazo y por un pouco.

María del Roxo dijo...

Gracias, Bernar. Yo he disfrutado mucho conociendo a los personajes y escuchando y transcribiendo luego las grabaciones. Cualquier intento de novelar sus expresiones espontáneas desvirtuaría el mensaje.
Trasgo: te he ofrecido mil veces la posibilidad de aparecer en el blog, con o sin foto, contando lo que tú quieras contar... pero es imposible llegar a un acuerdo contigo. Al menos, nos conformamos con tu presencia virtual y con seguir leyendo tus comentarios de vez en cuando. Gracias, también.

El Trasgo del Cadavín dijo...

Como ando mal de la vista, acabo de hacer un comentario que no se si lo puse en el día de hoy o en alguno de los días pasados.
Ponlo en el sitio adecuado si se puede. Yo de esto no entiendo.

MARIA I. dijo...

Como siemto haberme enterado tan tarde y no poder despedir al tio Policarpo y darle un beso a mi tia , que tienes mucha razon, en decir que tiene una gran calidad humana, asi la recuerdo yo desde que tengo uso de razon.... saludos

Xastre dijo...

Se duele el Trasgo del Cadavín en un comentario anterior sobre el poco interés que, aparentemente, suscitan estas entradas sobre la vida de Policarpo. ¿Qué se puede decir en un comentario que tenga más interés que una existencia llena de vivencias de todo tipo, por parte de quienes no hemos vivido nada parecido, aunque conozcamos situaciones similares de nuestros padres, abuelos o vecinos? Discrepo, por tanto, y creo que lo realmente importante es que se lean con la atención y el respeto que merecen, tanto el relato de Policarpo como el trabajo de María, y no la cantidad de comentarios que se hagan. Y espero tener el privilegio de leer en algún momento las experiencias vitales del Trasgo. Que no nos deje con las ganas, Roxa. A ver si lo convences...

El Trasgo del Cadavín dijo...

Precisamente Xastre es de los que está siempre cortando el traje a la medida.
Hay alguno más.
Yo nací el 30 de abril de 1924 y algo me quedó de la Dictadura de Primo de Rivera ( es casualidad que se apellide como Policarpo). Por ello me considero el abuelo de este blog y, por tanto, sois los nietos que mis hijos Apolinar y Lisardo no me han dado. Permitidme algún tirón de orejas, por lo menos para rebajar mi estrés.
Ahora si queréis que os diga que sois guapos como Newman, que tenéis unos ojos verdes más hermosos que la Taylor, una voz armoniosa tipo Sinatra y que escribís mejor que Juan Ramón Jiménez, entonces mis queridos colaboradores del Lejano Oeste, dejo mis campamentos de invierno en Wyoming y me retiro a Misuri, como los Arapahoes.
Por un pouco.

El Bao dijo...

Sigo las entradas de Policarpio,mi opinión es que, están tan bien escritas, que cualquier comentario que yo pudiese hacer, no aportaría nada nuevom, osea que seguiremos esperando al siguiente capítulo.

El chapras dijo...

Yo sigo esperando el proximo capitulo,como comente en otro momento,este hombre se merecia un libro para el solo.Muchas veces encuentras en las bibliotecas libros de personajes que no pasaron de ser ladrones y asesinos(El Santeiro,por ejemplo,mal que le pese a muchos)y pasaron a la posterioridad como verdaderos héroes,y un hombre de la calidad de Policarpio,no figura en ningun sitio(me gustaria encontrarme alguna vez con Secndino Serrano,que presume de pasearse los pueblos de Fornela e Ibias buscando informacion sobre los "escapaos",para decirle a quien preguntó,que solo lo informaron del Santeiro,y mal).

ELSA dijo...

Siguiendo en el mismo bloc y con la misma historia, mi tía-abuela Rosario nos ha dejado, 6 años después que tío Poli; creo que en todos estos años, cuánto lo echó de menos hasta que su mente ya no aguantó más....
Atrás quedan mis recuerdos y tantas y tantas vivencias junto a ellos, siempre los llevaré en mi corazón.

María del Roxo dijo...

Un encanto de mujer. Que descanse en paz, que bien se lo merece. Gracias, Elsa. Un abrazo.