EL PLACER ES MÍO...

Escribir sobre Ibias no es una tarea fácil. La bibliografía es escasa y cada vez quedan menos habitantes en el concejo. Cuando me embarqué en la aventura de publicar este blog no tenía nada claro sobre qué iba a hablar.

Este no es un blog erudito sobre etnografía (ya quisiera yo...), ni es un blog sobre naturaleza (aunque me habría encantado que así fuera), no es un blog que se centre en la historia, o en el arte, o en el presente, o en el pasado de Ibias. Es un blog disperso, como dispersa soy yo, y las entradas no tienen muchas veces ni orden ni concierto. Escribo lo que me apetece, publico las fotos que me gustan o enlazo artículos que me parecen interesantes de otros blogueros que van en el mismo barco.

Ibias no se merece un blog. Se merece cientos de ellos. Siempre Ibias y Tormaleo son dos ejemplos del buen hacer local. Pero Ibias no está sola en El Lejano Oeste. Está rodeada de otras comarcas, otros concejos, otros pueblos, otras personas que viven, sufren y comparten en muchos casos los mismos problemas, el mismo pasado, el mismo abandono histórico. Por eso, con el tiempo, he ido enlazando los blogs de todos aquellos Vecinos y Amigos que he ido encontrando por el camino y que me han parecido interesantes. No podemos mirarnos únicamente nuestro ombligo. Tenemos que compartir, opinar, unir nuestras fuerzas y crecer juntos.

Por eso El Lejano Oeste está abierto de par en par a vuestros comentarios, sin censura ni recortes. Está abierto para vosotros. Para que tengáis voz, para que participéis, para que me corrijáis o hagáis aclaraciones. Vuestros comentarios forman parte del blog igual que mis entradas. Os necesito ahí para saber que esto no es un monólogo y que no soy una chiflada excéntrica hablando sola... o que sí lo soy, pero que hay más locos como yo en este manicomio.

Las estadísticas avalan que el esfuerzo realizado merece la pena. Hace unos días os preguntábais el motivo por el que se encendería la vela. Haber alcanzado la cifra de 10.000 visitas me parece un motivo más que suficiente. Un número considerable para una bitácora que nació hace unos pocos meses con vocación de modestia. Diariamente abren esta ventana a Ibias una media de 100 personas diferentes, de las cuales alguna (me consta) nos lee con añoranza desde los países a los que hace años se vio forzado a emigrar hace años. Desde el otro lado del Atlántico quieren saber qué se cuece por estas tierras, por su tierra.


Muchos lectores son todavía espectadores mudos, quizás por timidez, pero muchos otros se han convertido en habituales de la casa y forman parte de ella: Tormaleo, El Bandido, Le Prof, La Marquesa, Maria I, El Bao, Luari, el Trasgo, Plataforma, el Chapras, Bernar, Tony, José de Mingo, Carlos de Sebastián, el Tsobu, Valles, Noe.., entre otros muchos, se pasan a diario a saludar o a echar una parrafada. Es lo que tiene vivir en los pueblos, que enseguida nos sentimos a gusto.

Y más importante todavía es la recuperación de la autoestima de los habitantes de la zona. De esos vecinos que de repente se dan cuenta que su pueblo, su monte, su paisaje, su historia, esconden tesoros de incalculable valor... que viven en un lugar único y especial... que podrán haber estado olvidados durante siglos, pero que de repente han recuperado su voz, su orgullo, su valor.

A todos ellos y a todos vosotros, los que todavía nos miráis desde lejos con cierta desconfianza, os tengo que dar las GRACIAS con mayúscula.

Gracias por existir.

Gracias por hacer más cercano El Lejano Oeste.

Gracias por vuestro apoyo.

En Ibias tenéis vuestra casa, la del Roxo o cualquier otra, porque todas (me consta) están abiertas a la gente de bien.